Reseña: La princesa que creía en los cuentos de hadas

La princesa que creía en los cuentos de hadas

Autor: Marcia Grad

Título: La princesa que creía en los cuentos de hadas

Año de publicación: 1998

Editorial: Ediciones Obelisco

Nº páginas: 221

Sinopsis: Criada por un rey y una reina estrictos e inflexibles, la delicada Victoria creció soñando que algún día sería rescatada por un príncipe encantador tal y como ocurre en los cuentos de hadas. Pero cuando es rescatada las cosas no suceden como tenía previsto y el príncipe deja de ser encantador y la princesa, siguiendo el consejo de un sabio búho, emprende un emocionante viaje por el Camino de la Verdad, al final del cual descubrirá que los cuentos de hadas pueden hacerse realidad.

Este relato maravilloso, en la línea de "El caballero de la armadura oxidada", simboliza el viaje que todos hacemos en la vida a medida que separamos la ilusión de la realidad y descubrimos quienes somos y cómo funciona ese milagro cotidiano que es la vida.

Opinión personal: No conocía este libro a pesar de tener una cubierta  bonita y un título de lo más llamativo. Lo adquirí en un mercado de libros antiguos y más tarde, en Instagram,  me lo recomendaban leer y me decían que había sido utilizado como receta por diversos psicólogos como libro de autoayuda.

El libro se presenta como un sencillo cuento, pero alberga diversos mensajes que invitan a reflexionar sobre temas de la vida en general.

El típico tópico de "encontrar al príncipe azul" se plantea como la trama principal del libro.

Su protagonista,Victoria, desea encontrar a su príncipe azul y que éste haga que su vida sea perfecta en un mundo también perfecto.

No soy fan de libros de autoayuda y superación personal, pero "La princesa que creía en los cuentos de hadas" para mí es sólo un cuento bonito con moraleja.

Creo que el mensaje de este libro es muy claro, y aunque al empezarlo me resultó de lo más aburrido, creo que el final es maravilloso al igual que algunas de sus citas: 

 Así como todo el océano puede verse en una 

gota de agua, también nosotros somos la 

esencia de la vida. Al igual que la marea 

sube y baja, también nosotros nos movemos 

con el flujo de la vida, aceptando que la 

única constante es el cambio y que todo es 

como tiene que ser, aunque muchas veces 

no sepamos por qué.